Hacia una universidad más solidaria

El paso de un joven por la Universidad no se reduce (o, al menos, no debería) a adquirir una serie de conocimientos teóricos y prácticos de cara a su inserción posterior en el mercado laboral. La vida universitaria tiene que ser un compendio de estudio, experiencias y crecimiento personal. Por eso, tanto para el propio currículum como para el bagaje personal, las labores de voluntariado ajenas a los estudios propiamente dichos adquieren una gran importancia.

De acuerdo con un estudio publicado en el marco de los recientemente fallados III Premios al Voluntariado Universitario, en el 75% de las universidades españolas públicas y privadas aumentaron las labores de voluntariado realizadas, con respecto al año anterior.

Málaga, Barcelona y Santiago de Compostela son los tres centros universitarios españoles que cuentan con un mayor número de estudiantes realizando acciones de este tipo. Las universidades de Málaga, Gerona y Santiago son, por otra parte, las más activas en términos de acción social.

Dentro de las acciones de voluntariado predominantes, destacan las relacionadas con el cuidado a la infancia, las personas dependientes o con algún grado de discapacidad y los colectivos en riesgo de exclusión social.

Más de seis de cada diez universidades de España cuentan con más de un centenar de estudiantes llevando a cabo actividades de esta clase. Desde las Organizaciones No Gubernamentales se destaca la necesidad, sin embargo, de que las universidades públicas y privadas mejoren la información que trasladan a los estudiantes acerca de este tipo de acciones. Del mismo modo, también se considera interesante que se gestionara alguna manera de establecer el reconocimiento de créditos para los estudiantes que se comprometieran con esta clase de acciones solidarias.

Además de una mejora de las habilidades sociales y profesionales de los estudiantes, participar en acciones de voluntariado durante sus años universitarios proporciona una buena carta de presentación de cara a futuros empleadores. Asimismo, permite que la red de contactos del universitario vaya creciendo desde antes incluso de tener su primera experiencia profesional propiamente dicha.

De acuerdo con lo que se expone desde el equipo de estudios encargado del informe para los III Premios al Voluntariado Universitario, las universitarias son más proclives a compaginar acciones de voluntariado y estudios a lo largo de la carrera.