El concepto de coaching es uno de esos términos que, de un tiempo a esta parte, ha pasado a formar parte de nuestro vocabulario habitual. Seguramente lo habrás oído o leído asociado a otros conceptos, tales como el de coaching ejecutivo, life coaching o el que hoy nos ocupa: coaching educativo. Pero, ¿qué significa exactamente este término? ¿Es un concepto nuevo al 100%?
Aunque su raíz es bien diferente, desde el siglo XIX en el Reino Unido el extendido uso del término entre la comunidad universitaria propicio que comenzara a utilizarse esta palabra para definir a la persona que les ayudaba a ‘pulir’ sus puntos débiles y, así, poder mejorar sus exámenes. Una suerte de profesionales de orientación universitaria y académica, antes de que el término se hubiese acuñado.
Con la evolución lógica, esta palabra ha ido ampliando su significado y se emplea normalmente para referirse a aquellas personas que ayudan a otras a poder conseguir sus objetivos, consiguiendo localizar y potenciar sus habilidades, logrando que saquen lo mejor de ellos y haciendo que tengan recursos para poder superar correctamente sus limitaciones, independientemente del ámbito en el que se encuentren.
Partiendo de la base de este conocimiento, el coaching educativo es una estupenda alternativa con la que contamos hoy en día, especialmente los estudiantes y aquellas personas que tienen algún problema a la hora de sacar adelante sus exámenes, bien por su falta de atención, porque tienen la suficiente retentiva o porque su sistema de estudio no es el correcto.
Según los expertos, en el caso del coaching educativo nos encontraremos con tres niveles:
- Dirección del centro: En este caso, el coaching educativo se utiliza para poder dotar a los miembros de la dirección del centro de las herramientas ejecutivas.
- Profesorado: Para poder trabajar y mejorar los diferentes procesos de enseñanza, adquirir mejores habilidades de comunicación y escucha, así como tener un mejor trabajo en equipo entre otros aspectos.
- Alumnado: Se utiliza para proporcionar a los alumnos una mejor conciencia sobre la importancia de los procesos de aprendizaje, inteligencia emocional, gestión de conflictos, mejorar el trabajo en equipo, aumentar las capacidades retentivas, mejorar el sistema de memorización de datos…
El coaching educativo ha pasado a ser parte muy importante de la psicología del profesorado y en los centros de estudio. Esto responde también a la línea educativa que marcan desde Bruselas, que apuesta por favorecer los servicios de orientación universitaria y académica, tanto antes, como durante y después de la conclusión de los estudios.
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