A la hora de elegir una Universidad hay más criterios que los meramente laborales. Sí, no cabe duda que las posibilidades de inserción laboral y las salidas que ofrece la carrera ‘pesan’ mucho a la hora de decantarnos por una opción u otra. Sin embargo, es necesario que contemplemos otras consideraciones si queremos dar en la diana.
¿Qué quieres hacer?
En efecto. Esta es la pregunta a la que tú, estudiante y futuro universitario que lees esto, has de contestar. De nada vale que tus padres, amigos, profesores o conocidos te recomienden éste u otro centro y tal o cual carrera si a ti no te convence. Piensa que, al fin y al cabo, eres tú y no esas personas el que va a tener que estar estudiando la carrera elegida los próximos 4 o 5 años. En España, la tasa de abandono de la universidad en el primer año es nada menos del 20%. Sopesar bien tus opciones y escoger aquello que te apasiona te ayudará a no formar parte de estas estadísticas.
De hecho, es mejor dejar pasar un año sabático para viajar, trabajar, ver mundo o adquirir nuevas experiencias de cara a elegir mejor qué es lo que quieres hacer el resto de tu vida, que ‘invertir’ ese año estudiando algo que realmente no te llena para dejarlo a final de curso.
Características del centro
Una vez delimitada la carrera que se quiere cursar, en función de las capacidades-afinidades del alumno, lo que debe hacerse es establecer un listado de centros que ofrecen la formación que queremos. Determinar factores como la antigüedad del profesorado, el tamaño del centro-campus o los acuerdos de colaboración establecidos nos ayudará a ver si la formación que va a recibir el futuro universitario va a ser más práctica que teórica, si se va a establecer un seguimiento personalizado, si se van a poder crear lazos con la comunidad universitaria…
También es interesante que te informes de los acuerdos que en el centro se establecen con empresas de cara a prácticas, así como de las posibilidades de intercambio durante el curso o fracciones del mismo con otras universidades. Debes saber, asimismo, las posibilidades de contar con becas o ayudas al estudio, si es que vas a necesitarlas.
Piensa en global
Si te reduces a sopesar las opciones más a mano, puede que te estés perdiendo una buena cantidad de oportunidades. En efecto, puede que haya centros públicos o privados en el extranjero que tengan una oferta de estudios que se amolde al 100% a lo que buscas.
Del mismo modo, en la actualidad existe una oferta muy atractiva de universidades multicampus, es decir, centros con diferentes campus en países y zonas como Reino Unido, Estados Unidos, Asia, Oriente Próximo…
Pide consejo
Lo que comentábamos en el primer punto (tu decisión es propia e intransferible) no está reñido con pedir consejo. Tus padres, amigos y profesores pueden ayudarte a la hora de elegir aquellas universidades que mejor se adaptan a tus aptitudes y necesidades. Tus padres serán un buen apoyo si vas a visitar centros o si vas a participar en ferias de universidades y encuentros con instituciones académicas como los que organizamos desde University Day.
Contempla factores ajenos a lo académico
Sabemos que a la universidad se va a estudiar, pero eso no impide que el lugar que elijas esté enclavado en una comunidad atractiva. Estudia los servicios que ofrece el centro académico (locales de estudio, servicios de orientación, instalaciones deportivas…) y analiza qué te aporta la ciudad o el entorno en el que se sitúa. 5 años de tu vida dan para mucho, y no está de más apostar por estudiar en un lugar en el que, además de una buena formación, adquiramos experiencias vitales inolvidables.
Este apartado incluye todo lo que tiene que ver con la oferta inmobiliaria en la zona (albergues, alquiler, pisos compartidos, residencias de estudiantes…) atractivos turísticos, históricos o naturales.